miércoles, 30 de septiembre de 2015

CRÓNICA AINSA ENDURO WORLD SERIES ROUND 7


Mientras en la provincia de Teruel tenía lugar la decimocuarta prueba del Mundial de Motociclismo con 100000 espectadores y lleno absoluto de pernoctaciones, en la de Huesca se producían unas 15000 en un entorno tan pequeño como la localidad de Ainsa en la Comarca de Sobrarbe. La séptima prueba de las  Enduro World Series aterrizaba por primera vez en España y tenía una repercusión mediática mínima en los medios españoles. En Antena Aragón apenas se comentaba la noticia y ello a pesar del incontestable éxito de la carrera y la gran aceptación de todos los corredores de índole internacional. Ainsa se convierte con este evento en un destino de turismo de bicicleta de montaña de primer nivel, en el que solamente este año se prevén unos aportes indirectos en la comarca de cinco millones de euros.


A diferencia de Motorland, en Ainsa no ha habido inversiones públicas notorias. El convertir a esta comarca en un referente de turismo ha sido fruto, no de intervenciones públicas ni administrativas, sino de gente de allí que supieron aprovechar algo que ellos tienen y otros no. Historia como nadie, despoblados cuyas vías de comunicación vuelven a brillar tras cientos de horas de limpieza de vegetación, sin alterar nada el medio y algo que desde que conozco Ainsa no me pasa desapercibido: su clima, con gran cantidad de días de sol y lejos del frío Cierzo del Valle del Ebro, que la hace pedaleable todo el año según donde nos movamos a lo largo del Sobrarbe. Estos ingredientes por si no fuera poco, cuentan con unos trabajadores incansables que siendo empresarios y sabiendo que tenían que luchar por vivir allí, han convertido Ainsa en la capital de la modalidad de enduro de la BTT de nuestro país.


Colocar Ainsa en este mapa del globo, ya ha sido el gran premio a su esfuerzo y todo ello no ha sido por casualidad. ¡Enhorabuena a todos aquellos que lo han hecho posible!


Empezar la entrada del blog con el reconocimiento de las EWS prosigue con nuestra experiencia en el evento como grupo de amigos. Ya hace meses que me propusieron acudir este fin de semana encontrando alojamiento en el céntrico albergue Mora de Nuei. Allí fuimos una buena representación de amigos venidos de Navarra, País Vasco, Cataluña, Canarias, Murcia, La Rioja y Aragón, a ver en vivo a los extratarrestres corredores que pulverizaron los cronos en tramos de sendero que tan bien conocíamos de las muchas visitas a la zona.


Trazamos una ruta que nos permitiera ver especiales cronometradas y a la vez disfrutar de sendas paralelas al recorrido. Senderos que nos hicieron sudar las excesivas cervezas de la noche anterior con la barra libre y fiesta montada por Zona Zero.


Había visto competiciones de descenso y a los freeriders más potentes pegar botes en el viaje a Canadá, pero nada que ver con contemplar como espectador a gente que teniendo una bici prácticamente idéntica a la que nosotros montamos, es capaz de moverla y bajar como ellos lo hacen. Es como si Carlos Sainz cogiese tu coche y se metiese en un tramo del mundial de rallys sin hacer ni si quiera el rídiculo.


Disfrutamos como niños viendo a los mejores y con la misma ilusión que el chaval que conocimos en el comienzo de la especial y que sin tener apenas los diez años, nos iba comentando los nombres de todos los corredores y su posición en las diferentes pruebas de las EWS. Un chaval poco común en un mundo comido por el fútbol que nos invitó, como él hacía, a hacernos fotos con los grandes de este deporte.

Foto Javitobike
Tras el descenso del último corredor bajamos la especial de Sarrastaño con las cintas aún colocadas y con el terreno todavía embarrado tras la pequeña tormenta del sábado. Bajada inolvidable que acabó junto al avituallamiento del tramo como si de unos "pros" nos tratásemos.

Foto Javitobike

Aún nos quedó tiempo de ver la última especial del día aunque para ello tuviesemos que poner carretera en la ruta y pasásemos hasta a hacer relevos para llegar a verlos. Allí coincidiríamos con compañeros del Club BTT Algairén que mostraban la misma cara de flipados que yo al ver este evento en vivo.


Tras la tormenta, la vuelta al casco urbano de Ainsa y al recorrido nocturno que nos proporcionaba la pulserita azul del "todo pagado" en la carpa. Cena con amigos que iban viniendo y despedida de otros que nos abandonaban antes de tiempo.


Ya el domingo el tiempo de ver las especiales, fue más limitado pero la mañana no pudo ser más aprovechada con la visita a dos espectaculares tramos y más con la prueba de una bicicleta de nuevo concepto que no había experimentado antes.


Una Nukeproof rígida de vainas cortísimas, horquilla de 150 y ángulo de dirección menor a 67º, prestada por Fernando Boada, que me permitió subir como con la rígida de rally, sin perder de vista bajando a mis amigos con sus long travel.


La primera especial de la mañana recorría los cresteríos de las cárcavas de margas 



Público a raudales y nervios viendo las trazadas de los corredores que rozaban muchas veces el accidente, bien por salida o golpe contra los pinos.



Terminado el tramo y por el mismo recorrido de enlace nos fuimos a la segunda especial del día. Un sendero similar a los del "Circuitillo Albarcudo" pero en el que se veían curvas trazadas de forma artificial.





Ya sin tiempo y sin consenso de ruta todo el grupo se disolvió. Me quedé solo y ello me valió para exprimir la Nukeproof en la faceta escaladora del sendero en la subida al Pueyo. Brutal como subía la rígida y enseguida alcancé a parte de los amigos que ya volvían como yo con prisas a Ainsa.

Primera vez que montaba con el monoplato siempre tan criticado por el que suscribe


La bajada hacia las carcavas o badlands fue exigente en el tren trasero siguiendo la rueda del riojano. ¡Cuanto me gustan las bicicletas rígidas!


Ya en Ainsa comimos una buena paella y vuelta para casa. La nube de gran desarrollo vertical arrojaría una enorme tormenta que suspendió la última especial. Las fotos de los amigos que se hallaban en la zona mostraban que ni aún con estos problemas pudieron mermar la capacidad organizativa de Zona Zero. 

¿Quién sino puede organizar eventos así, que la gente que conoce y vive en el territorio? Un ejemplo para Aragón, sus políticos y sus múltiples administraciones.



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