jueves, 20 de febrero de 2014

DE VUELTA AL ESQUÍ DE MONTAÑA : GABARDERES


Tras vaciar el trastero, vendiendo en el Milanuncios todas las tablas y botas viejas, tanto de travesía como de alpino, me decidí a volver a probar el esquí de montaña de nuevo. Mi desfasado equipo ya valía para poco, así que mirando y mirando me hice con un conjunto de tablas, fijaciones y botas más que aceptable. Volvía fuera de las pistas y para retomar la actividad me sume a una de las numerosas salidas que mi compañero de bici realiza en invierno cuando aparca las dos ruedas por una temporada.



Quedaba como de costumbre en el camping de Sabiñánigo y allí me uno a Javito y dos navarros más, quienes ya sabían que bajando iba a ir bien por el nivel del alpino, pero no tanto en la subida por haber olvidado la técnica en las vueltas maría. 


Bajamos el Portalet unos kilómetros hacia el lado francés y tuvimos la suerte de poder calzarnos los esquís en el mismo coche. Primer giro en la subida y me voy al suelo, por lo que enseguida pienso que hago aquí, sin practicar antes en pista. Tras cuatro anotaciones y siguiendo todas las instrucciones que Javito me realiza le voy pillando de nuevo la marcha y comienzo a disfrutar de la subida. 



Son 1400 metros de desnivel positivo en los que calzamos las cuchillas más por mi inexperiencia que por que hagan falta. 





Tras alcanzar la Brecha de Arrius, quitamos pieles y ahora si me siento más seguro. Estoy como en muchas de las bajadas de fuera pista de Cerler, y sentir los cantos y saber que la nieve va a estar bien buena, me llena de impaciencia por probar las tablas de generoso patín.


Javito me hace un buen reportaje fotográfico con el Midi d´Ossau al fondo. Mi monitor de trave me ha cuidado durante toda la ascensión con una paciencia infinita ante el tiempo perdido en cada vuelta. Ahora ya de bajada me defiendo mejor y disfruto cada giro ganado por mi esfuerzo físico y no por los telesillas del esquí alpino. 


Atravesar el bosques se convierte en un tramo algo caótico antes de llegar a la furgo. El primer día de esquí de montaña llega a su fin.  Estoy feliz y sé que de nuevo estoy enganchado. Toca aprender pero la recompensa de disfrutar del pirineo con esquís en invierno y con ruedas en verano no tiene precio.





sábado, 1 de febrero de 2014

29" LA DECISIÓN

29" ¿Marketing o eficacia?. Así comenzaba el post que escribí en enero de 2012 en el blog del BTT Algairén. Y ello vino por la oportunidad que me brindó mi amigo Eduardo Lassa de llevarme a casa su 29" y probarla en mi terreno. Hasta aquel entonces solamente había oído y leído sobre los pros y contras de la nueva medida y he de reconocer que mi impresión no era otra, que ser una moda para que todos cambiásemos de bici. La teoría la tenía clara, con estas bicicletas se podría rodar más rápido pero en subidas serían más penosas y sobre todo no valdrían para los senderos al ser más lentas y torpes. Teniendo esta idea preconcebida salí con la rígida de Eduardo a buscar los terrenos en los que iría peor. Tenía en mente ir a Rodanas por terreno más de rally pero el cierzo no invitaba a ello, así que fui donde peor iba a ir con esta bici, a los rampones y senderos de Algairén.


Mientras subía hacia Algeceros, lo primero que me llamó la atención  fue la pasmosa facilidad de rodar. La sensación fue la misma que cuando monté por primera vez en una bici de carretera, algo que en aquel entonces ello lo achaqué a la delgadez de las ruedas, cuando en realidad se debía al diámetro de 28" que montan las bicis de carretera. ¿Y que ocurrió cuando llegué a la Senda de Algeceros? Pues que la pereza que se suponía a la rueda grande no la encontré, al contrario, subí más alto de lo que esperaba mientras pedaleaba por la caliza. Aquí la primera sorpresa de las 29" que continuó mientras subía al Buitre. En las duras rampas podía ponerme de pie sin importar tanto el patinar de la rueda trasera ya que apenas lo hacía por más que retirase el peso a la delantera.



Al meterme en la Senda de Valdealagües las sensaciones en las cerradas curvas del inicio no fueron malas pero tampoco me dejaron muy convencido. Me sorprendió el pasarlas fácilmente pero no las disfruté. De verás, noté lentitud en el cambio de dirección o excesiva verticalidad. Esta impresión la vi también al bajar Valdegea pero allí al contrario que en Valdealagües, si que pude tomar las curvas mucho mejor y adaptarme a la bici.



¿Qué conclusiones saqué en aquella prueba? La pregunta que me hizo JavitoBike en los comentarios, y mi respuesta a la misma lo dejaba claro: "Si me decido por una rígida será de 29" eso seguro". Y en esos mismos comentarios un tal "Paco" criticó acertadamente mi prueba de la bicicleta. En sus palabras comentaba que para probar una 29", ésta debía ser con una geometría adaptada a la rueda grande y no solamente en el espacio del cuadro para albergar el mayor tamaño. De este modo, mi apreciación de la 29" debería cambiar al pensar que no valdrían para los senderos. ¿Y cuando ocurrió este cambio? Al probar una Santa Cruz Tallboy LTC. El XX Aniversario de la revista BIKE  trajo consigo el evento Test The Best  y con él la oportunidad de probar verdaderos "pepinos" de bicicletas por terreno real, en medio de la Sierra de Guadarrama. En tan solo cinco meses desde que probé la bici de Eduardo, toda mi idea de las 29" preconcebidas y propias se fueron al garete. La Santa Cruz Tallboy no era torpe, no subía peor. Al contrario, lo hacía todo bien. 135 mm en la trasera parecieron más y la adaptación fue rápida, tan rápida como los senderos madrileños.

REALIDADES DE LAS 29":

1. Las 29" teniendo desarrollos más cortos que una 26 o 27,5" permiten subir por sitios con menor tracción debido a su mayor superficie de contacto con el terreno. Podemos afrontar subidas imposibles con mayores posibilidades de éxito.

2. Las 29" no son más altas de eje de pedalier. Todavía hay beteteros que piensan que en una 29" resulta más difícil pegar con los platos y pedales por las piedras. Al contrario, en ocasiones son hasta más bajas y sobre todo en 29" endureras.

3. El hecho de ser una 29" no obliga a una mayor distancia entre ejes. Existen muchas 29" de mal diseño que así lo hacen pero no todas. Unas vainas cortas son fundamentales para que la bici sea ratonera.

4. Una 29" no ha de tener la pipa de la dirección más alta que en una 26" o 27,5". Si ello ocurre tendremos una bicicleta más inestable tanto en subidas técnicas como en curvas cerradas de bajada.

5. Las ruedas en 29" requieren que no se disparen en peso a la vez que sean lo suficientemente rígidas para no flexar en exceso. Unas ruedas pesadas ocasionan un lastre mucho mayor que en las medidas pequeñas.

6. En 29" el manillar ha de ser de mayor anchura. De este modo tendremos más control en la delantera con menor esfuerzo de giro.

Conclusión: Si sumamos una buena geometría en una 29" a recorridos de 140", desarrollos cortos, y bajo peso en ruedas y cuadro; tendremos una buena alternativa a las rutas más pedroleras y ricas en sendero. El gran inconveniente no será otro que el elevado precio que ello supone. 

Pd: Un año después, el Test The Best estaba inundado de la nueva medida de moda, las 27,5". Allí que nos fuimos a probar la Intense Carbine y la Santa Cruz Bronson, ambas en 27,5". La idea era clara, mi Nomad 1 se sustituiría por una 27,5" de largos recorridos y sería una de estas dos. Sin embargo, la nueva medida no me sorprendió, me resultó muy similar a la 26" y para nada un colchón en la trasera como la excelente Nomad 1... En 2014, tendríamos la solución...