La Cueva del Tío Chirras se localiza junto a la ruina del Convento de San Cristóbal y la impresionante muralla que lo abarca. Actualmente existe un recorrido botánico, totalmente señalizado, que discurre por este paraje y permite conocer la típica flora de estos montes. Su sendero pasa junto a la boca de esta pequeña cavidad, por lo que su localización no tiene pérdida.
En 1993 con tan sólo catorce años, que era la edad que teníamos cuando entramos por primera vez en esta cueva, no era tan fácil llegar hasta aquí como lo es ahora. Hoy aprovechando el mal tiempo y las nevadas que poco a poco están cayendo en Algairén y Vicor, hemos vuelto a recorrer estas galerías para ver que tal pasan nuestros cuerpos por esta claustrofóbica cueva, después de tantos años.
La mañana es fría por lo que el contraste entre la temperatura exterior e interior es brutal. Enseguida agradecemos el meternos por los estrechos pasos
El entorno del Tío Chirras no presagia para nada el desarrollo de esta cueva formada a través de una diaclasa, colapsada por grandes bloques en equilibrio, por los que iremos accediendo en pasos muy angostos y algún que otro destrepe.
Al poco tiempo llegamos a un estrecho bautizado como la "angostura" y que recordaba mucho peor de mi última visita hace ya 18 años
Superado este paso la cueva sigue sin abrirse y continuamos en descenso tanteando los bloques para comprobar que ninguno pueda deslizarse sobre el compañero que abre camino.
Templados los nervios y después de tanta estrechez, uno se alegra de alcanzar las galerías más grandes de la cueva
Aparece más humedad y con ello, las primeras formaciones en forma de pequeñas estalactitas y alguna bandera traslucida a la luz de nuestros frontales
La sala más espectacular del Tío Chirras se encuentra perfectamente conservada. Su acceso no es fácil ni aconsejable para los menos iniciados en la espeleo ni en introducirse en estas cuevas tan claustrofóbicas
A esta sala llegamos en 1993 tras retirar unos bloques empotrados. Tal vez fuimos los primeros en verla o tal vez no, pero aquellos chavales en los comienzos de una adolescencia rara nos sentimos especiales al contemplar por primera vez estas formaciones. Siguen igual y así esperemos que sigan.
Echamos un vistazo a todos los bloques inferiores y perdemos un buen rato intentando darle continuidad a lo topografiado por el CEA en 2006 y publicado en el imprescindible libro de Cuevas y Simas de la Provincia de Zaragoza
El laberinto de salas en el regreso nos obligan a estar bien atentos para encontrar de nuevo el paso hacia la parte superior.
Una pequeña abertura que desde abajo se ve precaria por el equilibrio que guardan los bloques que lo cierran
Toca mirarlo y elegir la mejor forma de pasarlo. A veces mejor boca abajo y otras boca arriba... paciencia que si uno ha pasado en la ida lo pasará en la vuelta
Fácil trepada y casi estamos en los pasos iniciales
Una pequeña cueva en un paraje de historia. No sabemos lo que habrá dentro de este diminuto karst de las Lomas del Convento, porque siempre nos sorprende el caudaloso e inagotable manantial que abastecía al convento y que jamás se ha secado.
Habrá que seguir mostrando las `pequeñas cuevas que bien guarda nuestra Comarca de Valdejalón