sábado, 8 de septiembre de 2012

MONCAYO DESDE CASA


El Moncayo con sus 2.313 m es la cima más alta del Sistema Ibérico. Una montaña con mayúsculas, imponente y fascinante. Una mole que se levanta sobre el Campo de Borja y el Somontano de Tarazona con un elevado desnivel que provoca ese clima tan característico y brutal que muchas veces se vive en sus lomos cimeros. Un monte al que se le acusa erróneamente del frío cierzo que azota media provincia de Zaragoza y al que también nuestros vecinos sorianos le acusan de ladrón, "Moncayo ladrón, mamas en Castilla y riegas en Aragón". Y tienen parte de razón, las aguas del Queiles atraviesan toda la montaña para surgir en la vertiente zaragozana como también lo hacen las numerosas borrascas que tras atravesar la llanura castellana se adhieren a la cima para precipitar en las empinadas laderas de los circos glaciares de su vertiente más hermosa. 


Las lecturas escolares de las leyendas de Becquer, unidas a las excursiones al Monasterio de Veruela y el Santuario del Moncayo, llevaron a que desde bien pequeño, el amor que tengo a este monte fuese la causa de que nunca me canse de subirlo. Y ya serán varias decenas de veces y ya una de ellas en bici. La primera en 2004 con bici de rally y luego ya con la bici de enduro para disfrutar tanto la subida como la bajada.

Segunda subida en bici y primera acompañado


Dentro de estas subidas en bici al Moncayo surgió un reto personal que me permitiese subir a la cima pero desde la misma puerta de mi casa. El Reto Moncaíno fue el nombre de la crónica que describe este día en el blog del BTT Algairén. Un trayecto de ida y vuelta desde casa hasta la cima del Moncayo buscando las pistas más alejadas del asfalto. El recorrido sobre el compegps daba datos de más de 145 km y unos 3500 metros de desnivel acumulado. Y otro problema, la ausencia de fuentes en prácticamente todo el recorrido y la imposibilidad de cargar con toda el agua necesaria para la ruta. Serían necesarios entonces varios avituallamientos y para ello Pilar, mi mujer, me acompañaría con el pequeño Vitara. Una fecha en el calendario y ya no tendría excusas para entrenar y fijarme en el objetivo. Sin embargo, cuando apenas faltaban unos días se produjo el gran incendio del verano. El Parque Natural del Moncayo se vio afectado en gran parte pero mucho más en su perímetro, justo por donde transcurría parte del recorrido diseñado.



A pesar de ello, seguimos con el plan previsto y partimos de La Almunia bien temprano. Enseguida, pasamos Ricla rodeando el Cabezo Redondo.




Al fondo, La Buitrera de Rodanas que enseguida dejamos al este para rodear la Sierra de Nava Alta


Empiezan las duras rampas al llegar a La Tonda


Paisaje desolador conforme nos acercamos a los límites del parque


El kilómetro 60 de la ruta coincide con el famoso collado de La Tonda de la Calcenada. A partir de aquí, el acompañamiento de Pilar con el Vitara ya no es posible al acceder al Parque Natural. Toca un recorrido de ida y vuelta con cerca de 1000 metros de desnivel, atravesando bonitos rincones como el Collado del Campo, Peñas de Herrera y el Morrón. 


Parada antes de abandonar la pista y comenzar a crestear desde el Collado del Muerto a Lobera


Últimas rampas para alcanzar el objetivo en el kilómetro 75.
Pedalear a 2300 metros dentro de la provincia de Zaragoza y con las vistas del Cucharón a la derecha no tiene precio. Incluso la subida se hace más amable a pesar de la pendiente y la altitud.



Tras alcanzar la cima toca correr huyendo de la tormenta que ya se se ha formado. En la Lobera empiezan a caer las primeras gotas y a tronar cada vez más cerca.


En nada hemos pasado de un día soleado a una tormenta de poca agua pero bastante carga eléctrica.
La bajada se hace un poco pestosa ya que las lajas con el liquen resbalan que da gusto y las cubiertas de rally no dan muchas alegrías. 



De nuevo en el Collado de la Tonda tras remojarme en el tramo del Morrón.
Toca comer bien porque el pajarón que llevo hay que curarlo a base de buenas viandas.


La vuelta fue por la vertiente este de la Sierra de Nava Alta y ahora si pasando por dos zonas habitadas. Primero la localidad de Tabuenca y luego el Santuario de Nuestra Señora de Rodanas.


Apenas hay desnivel en la vuelta salvo los collados de Aguaviva y Monegré en Rodanas. Son poca cosa pero los 3000 mil metros pesan en las piernas y se notan hasta en el repecho de la Cuesta de Grío ya casi en casa.


Una ruta muy recomendable pero de casi obligada asistencia para poder avituallarse correctamente sin llevar mochila pesada.





                                      

Si quieres el track no dudes en pedirlo a pirineoiberico@gmail.com

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